sábado, 9 de marzo de 2013

"CUENTOS PARA PENSAR"

Para los de primaria he pensado poner dos cuentos que nos enseñan valores que hay que tener en la vida y que nos  ayudan.
1.-LA CASA DE LOS MIL ESPEJOS.
Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa.
El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera.
Al terminar de subirlas se encontró con una puerta semiabierta, lentamente se adentró al cuarto. Para su sorpresa se dio cuenta que dentro de ese cuarto había mil perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.
El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y ladró alegremente a uno de ellos.
El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él.
Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo:
¡Qué lugar tan agradable. Voy a venir más seguido a visitarlo!
Tiempo después otro perrito callejero entró al mismo sitio y entró al mismo cuarto.
Pero este perrito al ver a los otros mil perritos del cuarto, se sintió amenazado, ya que lo estaban mirando de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir, obviamente vió como los mil perritos le gruñían a él.
Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también a él.
Cuando este perrito salió del cuarto pensó:
¡Qué lugar tan horrible es este. Nunca más volveré a entrar aquí!
En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía:
"La casa de los mil espejos."
Todos los rostros del mundo son espejos... Decide cuál rostro llevarás por dentro y ése será el que mostrarás.
El reflejo de tus gestos y acciones es el que proyectas ante los demás.
"Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, solo se sienten en el corazón."


Aprendemos que es importante saber que podemos hacer las cosas y que las sabemos: AUTOESTIMA

2.- EL LEÑADOR Y EL HACHA

"Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno, y las condiciones de trabajo, mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.
El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.
–Te felicito, sigue así –dijo el capataz.
Animado por estas palabras, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó temprano.
A la mañana siguiente se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.
–Debo de estar cansado –pensó. Y decidió acostarse con la puesta del sol.
Al amanecer se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.
Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó:
–¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?
–¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles”.
Es obligatorio que paremos y afilemos nuestra hacha. La forma de hacerlo es conociendo las trampas en las que solemos caer por culpa de esa sensación de falta de tiempo.

Aprendemos que es importante la REFLEXIÓN

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